Con tan solo 41 años, Yang Huiyan no es solo la mujer con mayor fortuna de China, sino también la más rica de toda Asia, sin embargo, su posición ha comenzado a tambalearse, pues vio caer su patrimonio neto en más de un 52 por ciento en el último año.
Desde que heredó un imperio inmobiliario de su padre hace más de una década, su riqueza no había dejado de aumentar. Pero las cosas han cambiado en 2022: en el último año, ha sufrido una verdadera debacle.
Según cálculos del índice Bloomberg de multimillonarios, en 2021 se estimaba la fortuna de la empresaria en unos 33 mil 900 millones de dólares que cayeron a unos 16 mil 100 millones en las estimaciones de julio pasado.
Los analistas económicos lo han visto no solo como una señal poco halagüeña del estado del mercado de bienes raíces en China, sino también como una alerta importante sobre el futuro de la segunda economía más grande del mundo.
Y es que el sector inmobiliario del país ha presentado serios problemas con la caída de los precios de la vivienda, la disminución de la demanda de compradores y una crisis de incumplimiento de la deuda que ha afectado a algunos grandes desarrolladores desde el 2020.
La situación ha llegado a tal punto que incluso algunos bancos se han quedado sin efectivo, lo que ha provocado protestas en algunas ciudades del país asiático.
Y si bien Yang sigue siendo la mujer más rica de Asia, su posición ha comenzado a tambalearse.
Según Bloomberg, es seguida por la empresaria de fibras químicas Fan Hongwei, quien tiene un patrimonio valorado también en cerca de US$16.000 millones.
Nacida en 1981 en Shuntak, un distrito de la ciudad de Foshan, en la provincia de Cantón, en el sur de China, Yang Huiyan es hija del que fuera uno de los hombres más ricos del país asiático: Yang Guoqiang.
Criada dentro de una de las familias más poderosas de China, tuvo educación de excelencia y fue enviada a Estados Unidos durante su juventud. Se graduó en 2003 de una licenciatura en Artes y Ciencias en la Universidad Estatal de Ohio.
Tras su regreso a China, heredó de su padre en 2007 la mayoría de las acciones de Country Garden Holdings, el desarrollador inmobiliario más grande por ventas de China.
Fundada en 1992 en Cantón, Country Garden Holdings se volvió un éxito tras su salida a bolsa en Hong Kong y recaudó alrededor de US$1.600 millones, casi lo mismo que Google tras su entrada en bolsa en 2004 en Estados Unidos.