Fallo en torno a reglas de origen automotrices abonan a competitividad

La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), coincidieron en que el fallo a favor de México y Canadá del Panel de solución de controversias bajo el T-MEC respecto a la interpretación de las Reglas de Origen en el sector automotriz protege la competitividad y evita generar costos excesivos a los productores automotrices de la región.

 

"Estamos convencidos que el T-MEC otorga oportunidades únicas en materia de regionalización, generando condiciones para inversiones actuales y futuras promoviendo la competitividad de la región, por lo que resulta fundamental tener claridad en los criterios de aplicación de las reglas que rigen el comercio automotriz entre los países de América del Norte respetando lo negociado y plasmado en el texto del tratado”, señaló la AMIA en un comunicado.

Destacó la importancia del diálogo entre los gobiernos para continuar con el desarrollo conjunto de la región de América del Norte.

Por su parte, el IMCO destacó el efecto de la resolución, luego que, en el contexto de la recuperación, el sector exportador de México ha demostrado ser uno de los principales motores económicos, donde las actividades relacionadas con la economía global y las cadenas productivas integradas de las que México forma parte rebasan el nivel prepandemia.

En el tercer trimestre del 2022, la industria manufacturera mostró un nivel 6.9% mayor al registrado en el primer trimestre de 2020 y representó 16.9% del PIB trimestral. En particular, la industria automotriz aportó 1.8 de cada 10 pesos generados por la producción manufacturera durante el periodo.

Destacó que esta resolución da cierre al tercer caso de aplicación del mecanismo de resolución de controversias Estado-Estado bajo el T-MEC, y el primero en el que México estuvo involucrado. Dicho mecanismo permite a un participante del tratado presentar una reclamación contra otro cuando considere que hay un incumplimiento a los compromisos pactados, y establece el derecho a solicitar un panel, compuesto por cinco miembros, para analizar y resolver la controversia. 

La controversia se suscitó porque Canadá y México defendían que en el T-MEC el recuento del origen de las siete partes esenciales de un auto: eje, chasis, motor, dirección, suspensión, transmisión y batería de litio, deben sumar 75% del valor de contenido regional de un auto.

Pero, en estas siete autopartes se permite el "roll up", es decir, que si el promedio de las piezas suma 75% de contenido de América del Norte, se permite redondear la cifra al 100% para el cálculo total del contenido regional del auto.

Estados Unidos argumentaba que el 75% debe tomarse como tal y no permitir el "roll up" para subir al 100 por ciento.

Adicionalmente, hay requerimientos sobre el Valor de Contenido Laboral (VCL) – que implican que un mínimo de 40% del valor de auto debe producirse en fábricas que pagan un salario mayor a $16 dólares por hora –. Aunado a ello existen requisitos respecto al acero y aluminio regional, que establecen que al menos 70% del material usado en un producto automotriz debe ser originario de América del Norte.

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