El 70% de las empresas a nivel global se imagina utilizando conceptos de logística como Centros Urbanos de Consolidación y los microhub en un futuro próximo para impulsar su logística de última milla, de acuerdo con el estudio “La logística urbana como herramienta para promover la sostenibilidad y reforzar la fidelidad de los clientes” elaborado por la consultora internacional Miebach Consulting.

En ese contexto, el estudio “La logística urbana como herramienta para promover la sostenibilidad y reforzar la fidelidad de los clientes”, de Miebach Consulting, refiere que a raíz del auge del comercio electrónico y con el aumento del tráfico de entregas que conlleva, aumenta la sobrecarga de la ciudad y también la molestia que esto causa a sus habitantes.

Como consecuencia, la presión sobre la logística urbana es cada vez mayor, añade.

Al respecto, en el Panel de Especialistas sobre logística de última milla, Jaime Ponce, director de transformación de la Cadena de Suministro de PepsiCo, indicó que se trabaja en el desarrollo de centros de distribución urbanos para acercarse cada día más a sus clientes, lo que les da la posibilidad de tener mejor nivel de servicio y más tiempo para vender, incrementar la productividad al tener reducción de inventarios en microhubs y centralizar el armado de cajas en los almacenes.

Por su parte, Carlos Ramos, director de Logística de La Comer, dijo que uno de los principales desafíos en cuanto a entregas es que sus sucursales normalmente están localizadas en zonas urbanas habitacionales-residenciales con toda clase de restricciones de circulación a camiones de carga.

Para ello han desarrollado una estrategia que incluye rapidez de descarga, consolidar cargas frías y secas en un mismo camión, cambio en tamaño y modelo de camiones para traslados largos y zonas urbanas, maximizar la ocupación de los camiones mediante el uso de tarimas “especiales”, así como entregas nocturnas con algunas sucursales ubicadas en zonas con horarios restringidos por los vecinos.

Jesús García, director de Operaciones de Estafeta expuso que desde el año 2020, con la pandemia, en el e-commerce se triplicó el volumen que debía moverse en la última milla, pero con ciertas complicaciones, pues, “se pulverizó la carga”, lo cual implicó crear infraestructura de una manera muy rápida, muy exagerada, ante una demanda creciente.

Como dato, en el 2020 el crecimiento del e-commerce fue de 89% en comparación al 2019 y que llegó para quedarse, lo cual implica retos en cuanto a la comunicación bidireccional con los clientes, garantizar la experiencia del cliente que quiere saber dónde está lo que compraron; donde la trazabilidad, la visibilidad y la flexibilidad de las entregas son necesarias y deben garantizarse.

La última milla implicará evolucionar de un modelo de distribución con múltiples tipos de clientes a un modelo de distribución por tipo de cliente configurado; maximizar la entrega de paquetes en cada parada, asegurando puntos de entrega mediante alianzas con pequeños negocios o locales donde el cliente recoja sus paquetes, así como desarrollar las darkstores que son factibles para los grandes marketplaces.