Mango inauguró su primera flagship en la Quinta Avenida, en Nueva York, un espacio de 2100 metros cuadrados en el 711  precedentemente ocupado por la firma Ralph Lauren.

Con ello, la marca de moda española, pretende abrir una treintena de puntos de venta en los próximos tres años en Estados Unidos y pronto superar la facturación de 100 millones de euros en la región.

 "Estar en la Quinta Avenida era mi sueño como empresario", dijo Isak Andic, el fundador, presidente no ejecutivo y dueño de la empresa fundada en Barcelona en 1984.

“Esta apertura supone un hito en la historia de Mango, un paso importantísimo para avanzar en nuestros objetivos estratégicos de expansión internacional y de nuestro ecosistema de distribución. Siempre hemos tenido una vocación internacional y esta ubicación un sueño para los retailers”, dijo el ejecutivo.

Frente a un contexto de incertidumbre, con retos importantes sobre la mesa, expuso que el objetivo de la compañía es un crecimiento sostenido, pues el ejercicio 2021 con una facturación de 2234 millones de euros.

La marca se encuentra presente en 110 mercados, cuenta actualmente con España, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania entre sus mercados de mayor facturación.

La nueva boutique representó una inversión de alrededor de 12 millones de euros, según dijo la directora financiera de Mango, Margarita Salvans, al señalar que esta tienda se convertirá en una de las tres tiendas insignias de mayor facturación para la compañía, que cuenta con alrededor de 40 flagships en el mundo.