Ejecutivos de México y Centroamérica consultados por KPMG estimaron un menor impacto en las empresas de cara a un escenario de recesión en los próximos meses, que se prevé como “ligera y breve”.

Los directivos empresariales de Centroamérica tienen confianza en el futuro, a pesar de la incertidumbre global, según revela la última encuesta elaborada por KPMG entre 1 mil 325 directores ejecutivos del mundo 50 de ellos de México y 46 de Centroamérica.

El KPMG 2022 CEO Outlook señala que un 86 % de directivos del mundo considera que la recesión afectará su negocio, pero en Centroamérica, los 46 ejecutivos consultados estimaron un menor efecto, para ubicar el porcentaje en 34 por ciento, mientras que en México 32 por ciento previó un impacto por la recesión.

Asimismo, un 33 % de los directivos centroamericanos esperan que la recesión será breve y ligera; y aunque un 84 % considera que su empresa crecerá, un 96 % de ellos prevé que esa situación afectará las ganancias de los negocios.

A diferencia de lo que sucedía en 2020 y 2021, con un panorama marcado por la incertidumbre generada por COVID-19, actualmente, las organizaciones cuentan con planes y estrategias que han ido implementando progresivamente para transferir, reducir o mitigar fenómenos como el alza de costos o las interrupciones en las cadenas de valor”, sostuvo Víctor Esquivel, socio director general para KPMG en México y Centroamérica.

Si bien las empresas en México y Centroamérica confían en su resiliencia, la cual fue puesta a prueba ante el impacto de la pandemia, es necesario que tomen en cuenta los vaivenes a futuro en las cadenas de valor y una posible baja en los índices de producción de manufactura en Estados Unidos, lo cual afectaría la producción y exportación en este sector tan relevante para el producto interno bruto (PIB) de países como de la región.

Ante las restricciones de movilidad en China y otros temas geopolíticos, compañías de todo

el mundo actualmente planean trasladar sus centros de producción a lugares más cercanos y seguros con respecto a los mercados finales.
Esto es positivo en el sentido de que, si efectivamente se materializara una recesión global, se debería a fenómenos coyunturales en el mercado internacional, y no a temas estructurales y duraderos, indicó.