El fentanilo a debate en EEUU y México

René Sánchez Juárez

El tema sobre el fentanilo y el papel del Estado mexicano para combatir su producción y tráfico hacia los Estados Unidos ha abierto el debate no sólo en nuestro país o el país vecino, también ya fue involucrado China para ver de qué forma se puede atacar este problema.

 

Sin duda para los Estados Unidos es un problema de salud pública ya que cada año decenas de miles de ciudadanos mueren a causa de sobredosis de fentanilo.

Y es que desde los años 90 cuando se dio una primera oleada por un opioide llamado Oxycontin aprobado por la FDA, institución que aprueba los medicamentos y que fue prescrito para su uso en pacientes con dolores, causó una fuerte dependencia; para el año 2000 el uso de la heroína trató de llenar el vació que dejó el Oxy. Décadas después el fentanilo que también es de uso médico es la nueva droga que está llenando las calles de los Estados Unidos.

Por otro lado, los políticos republicanos lejos de implementar medidas para impedir el tráfico de las pastillas de fentanilo, o buscar dentro de su territorio a los cárteles que se dedican a la venta de drogas, culpan al gobierno mexicano e incluso amenazan con ser ellos quienes sean los que detengan a los cárteles mexicanos en nuestro territorio como lo han hecho en Medio Oriente a la caza de terroristas.

Por ello, México tiene dos frentes abiertos a causa del tráfico del fentanilo, por un lado, detener la importación del opioide o de sus precursores químicos, que son los elementos con que se fabrica esta droga, impedir que los cárteles mexicanos produzcan la droga en laboratorios clandestinos y el otro frente es el político o diplomático.

El partido republicano ya está tomando la lucha del fentanilo como el muro lo fue para Trump. Crear al enemigo para meterlo en la narrativa del discurso de la campaña política para el próximo año. Hacer creer que la migración ilegal es la culpable del tráfico del fentanilo, cuando la mayor parte se hace a través de autos en la frontera o aeropuertos.

El presidente López Obrador incluso envió una carta al presidente chino Xi Jinping pidiendo su apoyo para trabajar en conjunto para detener la importación de fentanilo, a lo que sólo respondió “Estados Unidos debe afrontar sus propios problemas” asegurando que “no existe el llamado tráfico ilegal de fentanilo”.

El tráfico del opioide está lejos de terminar, debido a su alta rentabilidad y facilidad para transportar. Los traficantes invierten sólo 32,000 dólares para un kilo de fentanilo, que equivale a un millón de dosis que puede representar en el mercado hasta 20 millones de dólares.

Se tendrá que combatir esta nueva crisis de salud pública, sin trastocar la soberanía de nuestro país, ni involucrarlo como un tema político que subyugue la integridad de los migrantes.

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