Chile Quién gana, quién pierde?

Este domingo más de 15 millones de ciudadanos chilenos fueron convocados a las urnas a un referéndum para aprobar o rechazar la nueva Constitución que regiría al país andino a partir de esta decisión.

 

A partir de las manifestaciones masivas de octubre de 2019, se conformó la Convención Constitucional para elaborar una nueva Constitución, la cual consagra una Estado social de derechos, la plurianacionalidad indígena, establece un catálogo de derechos sociales en salud, aborto, educación y pensiones con un marcado énfasis medioambiental y mantiene la economía de mercado.  

 

Las encuestas ya marcaban una diferencia a favor del rechazo a esta nueva Constitución, por lo que el presidente Gabriel Boric, quien lleva 6 meses en el poder, aseguraba que cualquiera que fuera el resultado del plebiscito convocará a la unidad nacional en un ejercicio con más democracia para superar fracturas sociales. 

 

La expresidenta Michelle Bachelet, dijo que “las demandas de los chilenos no van a quedar satisfechas” y se debería convocar a un nuevo proceso. 

 

Los sondeos no se equivocaron, con una votación histórica, incluso mayor a la elección presidencial de hace unos meses, los ciudadanos chilenos rechazaron esta nueva Constitución con un 62%, un amplio margen, lo que representa más de 7 millones y medio de votos.

 

Este resultado es multifactorial, por lo que podría leerse desde diferentes ángulos, empezando por el voto obligatorio, el cual tenía una multa de hasta 200 dólares por no acudir a la urna, la propaganda de la derecha o el cambio tan brusco que ofrecía esta nueva Constitución.

 

Recordemos que Boric llega a la segunda vuelta electoral frente a Kast, que representaba a la derecha y a la continuidad del modelo económico chileno, y quien juega un papel determinante es el centro y la izquierda moderada, que hoy no apoyó al presidente en su proyecto de modificar al Estado chileno.

 

Tal vez es muy pronto para hablar un plebiscito para el gobierno de Boric, quien lleva 6 meses en el cargo. Por lo mientras la oposición festeja el resultado, como si continuar con la Constitución que impuso Pinochet fuera motivo de festejo. 

 

Volverán a intentar presentar esta Constitución que ha sido reconocida por la ONU como de las más paritarias y sustentables, pero antes deberá acordar con las cámaras, donde no hay mayoría y con los partidos y sociedad civil.

 

Lo único cierto es que gana la democracia, gana la voz de los ciudadanos, que esta vez no apoyaron a su presidente y tocará al gobierno hacer una autocrítica sobre cómo convencer a sus ciudadanos, incluir a todos los sectores sobre todo a la oposición e incluso modificaciones a su gabinete para evitar la polarización.

 

Chile debe salir fortalecido después de este proceso, reunificar a las regiones, modificar el constituyente y como dijo Boric “el gobierno no se detendrá en sus compromisos y debe reencontrarse para hacer grande a su patria”

 

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