El inicio de Boric en Chile

En entregas pasadas habíamos dado seguimiento a la campaña chilena y de cómo el joven candidato Gabriel Boric había resultado ganador de la presidencia de Chile después de haber perdido la primera vuelta contra José Antonio Kast. Así como la conformación de su gabinete paritario y de izquierda, pero también en la parte económica nombrando a un ex presidente del Banco Central como su ministro de Hacienda.

Este nombramiento fue el más significativo, porque fue con la intención de calmar al sector financiero e inversionistas, ya que la llegada de un exlíder estudiantil en 2011, con un perfil de izquierda combativa podría poner en riesgo la economía chilena.

 

Con el paso de los años Boric en el Congreso chileno fue suavizando su discurso de una izquierda radical a un socialdemócrata.

 

Podemos ver que la coalición de partidos que lo apoyaron para ganar la segunda vuelta se caracterizan por estar incluidos en el Foro de Sao Paulo, esta organización de partidos de corte socialista y que han caracterizado por apoyar a Venezuela, Cuba y Nicaragua y que tampoco han condenado la invasión a Ucrania por parte de Rusia, mientras que Boric sí se ha pronunciado en contra de Nicaragua y Rusia, con lo que estaría más cercano a inscribirse a la Internacional Socialista, donde coincidiría con el PRI.

 

Es demasiado pronto para saber qué tipo de izquierda tendrán en Chile, una izquierda populista al estilo Lula o una izquierda colaborativa con el discurso globalizador sin nombrar al neoliberalismo como el culpable de todos los males en Chile.

 

Declaró "No pretendo en los cuatro años (de su mandato) cambiar todo lo que está mal; la historia es mucho más larga que nosotros y aprendemos de quienes estuvieron antes y vamos a dejar tareas a quienes vengan después" por lo que vemos un discurso moderado y realista.

 

En su toma de posesión en la Casa de Moneda reconoció los problemas que va a enfrentar estos próximos cuatros años: la emergencia climática, los procesos migratorios, la globalización económica, la crisis energética, la violencia permanente contra las mujeres y disidencias”.

 

También remarcó la posición que tendrá en la política internacional: “Chile no se alineará a ningún poder global, “practicaremos la autonomía política a nivel internacional, sin subordinarnos nunca a ninguna potencia y cautelando siempre la coordinación y cooperación entre los pueblos”.

 

Boric tiene una oportunidad única; un jóven socialista que creció en democracia pero reconoce el autoritarismo de una dictadura; sabe que hay una brecha económica entre clases que fomenta el neoliberalismo, pero que la estabilidad macroeconómica también es importante; milita en la izquierda pero también condena a los regímenes autoritarios. Por lo que los retos que enfrentará será con una visión diferente a lo que hemos visto en América Latina.

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