El factor Kamala y el 2024 en EEUU

Por: René Sánchez Juárez

Se cumple un año desde la llegada a la presidencia de los Estados Unidos de Joe Biden, después de una complicada transición, donde el expresidente Trump se negaba y sigue sin reconocer el triunfo de los demócratas, acusando de un fraude, a pesar de que se han llevado a cabo auditorías y no se han encontrado pruebas de sus dichos.

El presidente Biden hizo un balance de su primer año en una conferencia de prensa, y es que, al ser cuatro años en la presidencia, el 2024 y su sucesión ya es tema de la agenda de la clase política. Le preguntaron cuáles eran sus intenciones para la contienda, manifestó que está satisfecho con su vicepresidenta y que quiere que sea su compañera de fórmula electoral para la contienda que sería a finales del 2023.

Kamala Harris, que en la campaña lució y sirvió para unir el voto afroamericano e indeciso, por mostrarse como una política conciliadora y progresista, poco a poco se ha diluido. Los temas que le han sido encargados como la reforma electoral y el tema migratorio han quedado a deber, pero también la administración central no ha aportado mucho.

La confirmación de que Biden insiste en su intención de reelección para el 2023 cuando tenga 82 años debería prender focos rojos en el partido demócrata. Para él ha sido un año de “enorme progreso” pero que aún queda trabajo por hacer. Sus niveles de popularidad son de los más bajos que haya registrado, sumado a la inflación que ronda más del 7% y con la crisis sanitaria del COVID que ha impactado de forma importante la economía.

Se ha excusado en que la oposición ha puesto trabas para realizar su trabajo, incluso retándolos a exponer su agenda y ver qué ideas puede impulsar.

¿Hasta qué punto debería Biden hacerse a un lado y dejar paso a su vicepresidenta Kamala a enfrentar al fantasma de Trump que aún ronda la Casa Blanca?

Kamala es el factor de estabilidad, pero la sucesión adelantada la pone en el ojo del huracán porque los opositores a Biden que no son sólo el partido republicano lo verán como un elemento de debilidad del gobierno de EU, por ejemplo, la crisis de la relación Rusia y Ucrania y el papel de la Unión Europea. Ya sabemos que la mejor política interior en EU es la política exterior.

Trump es sólo un fantasma al que Biden debe ignorar si quiere hacer un gobierno diferente antes que se le acabe el bono democrático que aún posee antes de las elecciones de este año,o enfrentarse a un partido republicano unificado bajo el estandarte del expresidente.

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