El Vuelo del Halcón

Fernando Vázquez Rigada

Hace años, Caspar Weinberger, quien fue secretario de la Defensa de EUA con Ronald Reagan, escribió un libro basado en la teoría de juegos en donde Estados Unidos invadía México debido a una alianza entre un presidente populista y los cárteles de la droga.

Un movimiento telúrico se mueve con gran fuerza en el subsuelo de la relación bilateral con Estados Unidos.

La terrible decisión de no perseguir, y acaso pactar, con el crimen organizado por parte del obradorato ha puesto en riesgo la soberanía nacional.

La epidemia de fentanilo en Estados Unidos, las olas de migración, la penetración en barrios de todo Estados Unidos por cárteles mexicanos, se han convertido ya en un tema de seguridad nacional.

Una relación bilateral degradada será otra de las herencias graves del obradorismo.

EUA no solamente es nuestro vecino. Es nuestro socio. Y es la principal superpotencia mundial.

La relación comercial entre los dos países es descomunal: implicó 737 mil millones de dólares en 2022: un millón de dólares por minuto.

De ellos, el 81% fueron exportaciones mexicanas a EUA. Nuestro vecino es, además, el primer inversionista internacional en México (15 mil millones de dólares el año pasado). Es el principal emisor de visitantes internacionales (un mercado de 26 mil millones de dólares el año pasado) pero, además, es un exportador nato al país.

No importa cuánto exporta, sino qué: México es el 3er importador mundial de combustibles. Importamos casi 6 de cada 10 litros de gasolina que consumimos. El 70% del gas. La mitad del diesel.

Al lado de su poderío económico, Estados Unidos despliega su temible fuerza militar. La inversión anual en las fuerzas armadas de EUA (877 mil millones de dólares) es 25% más que las siguientes 9 potencias militares combinadas. Posee más portaviones que el resto del mundo acumulado y más de 5,500 ojivas nucleares.

Ese país comienza a estar alarmado por el poder de los cárteles mexicanos.

Dos eventos deben alertar a la nación: en el primer debate de los precandidatos republicanos, Ron de Santis, Gobernador de Florida, se pronunció por el envío de tropas a México. Tres aspirantes más, por el cierre de fronteras. Donald Trump pidió a sus asesores políticos diseñar una acción militar contra los cárteles mexicanos. Greg Abbott, gobernador de Texas, instaló boyas en el Río Bravo.

Al mismo tiempo, una investigación de Reuters reveló que los cárteles mexicanos están desplegando una vasta organización para lavar dinero en forma de remesas. El monto de éstas fue de 58 mil millones de dólares el año pasado. Este dinero sucio no solo es de droga, sino también de tráfico de personas.

Bajo estos hechos publicados, la comunidad de inteligencia tiene la mirada puesta en dos temas adicionales. Primero, el control del crimen organizado en seis estados del país y presencia en las dos terceras partes de los municipios. El segundo tema es la descomposición acelerada de la gobernabilidad en Chiapas, en donde se concentran tres organizaciones armadas y el gobierno estatal de ha diluido.

A esto se agregan las disputas comerciales, que terminarán en sanciones para México por la prohibición de importar maíz transgénico y la posible activación de paneles para dirimir controversias en temas de energía.

Además, hay un cuidadoso seguimiento al adoctrinamiento de la infancia en la llamada Nueva Escuela Mexicana.

Es una mezcla explosiva, peligrosa, que pone en riesgo al país.

El sexto año puede convertirse en una pesadilla.

En su libro, Weinberger plantea cómo el caos se apodera del país, ante la llegada de un presidente puesto por los cárteles y que conlleva a la descomposición de la sociedad que, a su vez, genera una ola explosiva de migración a Estados Unidos. Ahí es cuando Estados Unidos decide intervenir.

Lo bueno es que es sólo un libro.

¿O no?

@fvazquezrig

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