Se veía venir, que si dados cargados, que si le rasuraron las banderillas, que si al otro le dieron de pullazos, que los otros bureles eran puros bultos… que a chichita la bolsearon… el caso es que Ministro optó por hacer lo que sus Maestros, tirarse al suelo, dar el “camachazo” al estilo de Negociador, el que se encerró con el Comandante Ibero y pedir que devuelvan las entradas.
Para entonces el ruedo ya se había llenado de cientos de cojines y el aire de insultos de los corifeos de Ministro.
No hay un solo as del toreo que no haya tenido una tarde complicada, difícil o, en muchos casos, de fracaso total. Este fue el caso.
Las broncas siempre han sido proporcionales a la importancia y la categoría del toro que las provoca. A las figuras consagradas y a los dueños de las ganaderías, en todas las épocas del toreo, se les ha exigido más… y en muchas ocasiones sin tener en cuenta las condiciones de la plaza.
El público no se detiene a observar con detenimiento y es entonces cuando se deja llevar por la pasión.
Así que, en esa tesitura, Ministro optó por bufar en una narrativa del conteo que se parece a la del Dueño de La Chingada en las viejas épocas del tricolor.
Sacó antes sus encuestas a modo que le dan una incipiente ventaja sobre Académica y anunció que no iría con el encargado de las cuadrillas para el anuncio de la decisión final.
Así que optó por hacerse víctima, al estilo de voto por voto, coso por coso, redondel por redondel.
Algo mamó de las lecciones del Dueño de la Chingada, aunque, ahora, esperemos, no opte por convertir a alguna céntrica avenida en “La Borracha”, con eso de que está siempre tomada o, peor aún, pasarse a algún establo de enfrente. Tribus en los espacios no faltan.
Que a final de cuentas para el 4Teismo sería como garantizar la permanencia del proyecto, pues, a la Señora X se le dividiría la estructura, al ver que hay mejores ejemplares para impulsar desde otras ganaderías.
¿Y cómo se comportaron en los cosos locales?
La moneda está en el aire…
