Hablar de finanzas con los más pequeños del hogar puede parecer complicado, sobre todo cuando no se sabe por dónde empezar o incluso si los chicos están en la edad adecuada para aprender algunos conceptos financieros básicos. Lo cierto es que cuando las personas adquieren conocimientos de finanzas personales desde la niñez, es más fácil que en la edad adulta desarrollen los hábitos necesarios para tener finanzas sanas.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), en México sólo 30 por ciento de las personas cuenta con nociones de educación financiera, y la forma en que los miembros de la familia manejan el dinero y toman decisiones en conjunto, repercute en los hábitos financieros que se forman en los pequeños.
Es por ello que Provident, la empresa dedicada a préstamos personales a domicilio en México, te comparte tres acciones básicas que puedes poner en práctica para que los niños aprendan el valor del dinero y la importancia de administrarlo bien para tomar mejores decisiones financieras en el futuro.
1. Muéstrales con el ejemplo. Si tú tienes buenos hábitos financieros, tu ejemplo ayudará a los pequeños a tener un mejor manejo de su dinero e incluso fomentará que en su etapa adulta tengan una relación más sana con sus finanzas personales. Enséñales a establecer prioridades de gasto para que administren el dinero que reciben, ya sea de su mesada o de familiares. Utiliza una libreta o un pizarrón donde puedan ir anotando lo que compran y así llevarán un presupuesto básico.
2. Trabajen en equipo. Puedes involucrarlos en la planificación del presupuesto familiar semanal para que tomen consciencia de los gastos en despensa, los que requiere el cuidado de una mascota, o en la organización de su festejo de cumpleaños. Este ejercicio les dejará ver que el dinero requiere ser administrado y que entre mejor se administre más beneficios obtendremos de él.
3. “Engorden” el cochinito. Es importante que incentives a los niños a ahorrar y a establecer metas específicas de ahorro, mismas que deben fijar ellos mismos a corto o mediano plazo. Por ejemplo, si quieren una nueva bicicleta o un videojuego, éste es el pretexto perfecto para poner a trabajar la alcancía. Incluso puedes pedirles que ahorren la mitad del costo total y, si así lo deseas, proporcionarles tú el resto. Lo primordial es motivarlos a dar el paso.
Para Provident, la educación financiera debe ser parte fundamental en el aprendizaje y conocimiento que los niños van adquiriendo desde pequeños, tanto en el núcleo familiar como en la escuela, pues permite tomar conciencia sobre la importancia del dinero en un entorno de valores y principios que les ayudará en el futuro a ser adultos responsables.