El diferencial entre los rendimientos de los bonos estadounidenses a tres y cinco años se tornó negativo esta semana, por primera vez desde 2007,  lo que reavivó la preocupación de que la mayor economía del mundo está más cerca de una recesión.

La inversión, donde las tasas en el extremo corto se elevan por encima de las del extremo largo, ha sido un indicador confiable de contracciones económicas en el pasado.

Los de 2 a 10 años se observan más de cerca como un indicador potencial de recesiones pendientes. Pero el movimiento del lunes podría ser la primera señal de que el mercado está avisando a la Reserva Federal de que se acerca el final de su ciclo de ajuste.

Algunos analistas atribuyeron el bajo rendimiento a corto plazo a la demanda de activos más riesgosos ya que las tensiones del comercio mundial disminuyeron tras la tregua arancelaria de este fin de semana entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el chino Xi Jinping.

Otros lo fijaron a expectativas modestamente más altas para las alzas de la Fed el próximo año después de la cumbre entre los dos líderes. De cualquier manera, los cinco años están mejor porque los inversionistas anticipan el final de la ruta de senderismo del banco central más allá del próximo año.