El 73% de los trabajadores no alcanza el salario mínimo constitucional

México es una de las regiones más desiguales del mundo, al grado que 73 por ciento de los trabajadores no alcanza el salario mínimo constitucional, y la mayor parte de la mano de obra se concentra en sectores sin seguridad social, concluyó el Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla en su informe 2017.

 

No atender derechos económicos, sociales y culturales, conlleva  a una pobreza multidimensional, aseveró Miguel Santiago Reyes Hernández, director del Observatorio de Salarios de la IBERO Puebla.

“Es necesario enlazar las insuficiencias sociales con los derechos, el Artículo 123 de la Constitución Mexicana expone esta vinculación, pero en la práctica no es así”.

Señaló que la desigualdad en México es evidente. Mientras el salario mínimo debe ser igual que la línea de pobreza, en el país es cinco veces menor, además que la riqueza se concentra en no más de 500 empresas.

Apuntó que en México, las políticas sociales no resuelven la pobreza, solo la contienen. De manera que la disminución efectiva y eficiente de ésta viene hilada con garantizar la salud, la seguridad social, vivienda, todo esto para un mejor nivel de bienestar social.

Como una solución a este problema, el también Coordinador de la Red de Pobreza de AUSJAL, planteó que los sindicatos deben defender los derechos de los trabajadores, y no los intereses mínimos. Consideró que la distribución de los recursos debe ser más justa y equitativa, pues mejorando los salarios mínimos, la pobreza caería más de la mitad, con lo que se modificarían los niveles de vida.

El Informe del Observatorio de Salarios 2017 tiene como objetivo informar sobre los mercados laborales, la desigualdad, así como analizar la pobreza desde una perspectiva conjunta de Derechos Humanos y necesidades.

En este marco, el rector de la Universidad Ibero, Fernando Fernández Font, hizo hincapié en el papel que tienen las universidades y los alumnos para enfrentar el tema de la pobreza e injusticia social que prevalece en México.

Afirmó que la inteligencia académica no busca mejorar las posturas sociales, sino descubrir cuáles son las grandes fracturas de la sociedad, dónde está el manejo ideológico, para que desde la crítica, podamos formar un país menos injusto.

 

 

 

 

 

 

 

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