Yo Compro Poblano, detona 2,242 empleos

Diez zonas de violencia y desempleo fueron enfrentadas a través de “Yo Compro Poblano”, que apostó por el impulso de la economía social y 700 iniciativas empresariales con dos mil 242 empleos de gente que antes no tenía que hacer.

Se ha recuperado el auto valor, la reconstrucción del tejido social, la vinculación de buenas prácticas en la formación de empresas, acciones de ahorro, consumo, producción y comercialización.

No obstante estos pasos los retos de Yo Compro Poblano se relacionan con una continuidad a largo plazo, un mayor volumen de economía social que cimiente a las 600 empresas, un marco jurídico más favorable para el cooperativismo, impulsar sinergias entre gobierno, empresa, sociedad y universidades.

Además, financiamiento propio, integración a las políticas públicas y de gobierno, así como el reconocimiento a la economía social, señaló la desarrolladora del nodo de economía social del Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica (IDIT) de la Ibero Puebla, Elia Irigoyen.

Refirió que en Puebla se acompañó la incubación de empresas, se les apoyo con fab- labs, redes y estructuras resilentes para apoyar compras y consumo colectivo, además de canales de venta.

Son 710 iniciativas impulsadas en Puebla, donde el 81 por ciento diseñaron nuevos productos, con una tasa de deserción de 15 por ciento, aumentos en ventas y utilidades del 64 y 67 por ciento, respectivamente, mientras que el retorno de inversión fue de 3.3 veces.

Hay 14 colectivos de consumo y producción, 22 por ciento de las empresas ya participan en grupos de ahorro y uno de cada dos empresas ha participado en la comercialización colectiva.

En paralelo, hay 96 empresas que están negociando para arraigarse en centros comerciales, con 800 mil pesos en ventas colectivas entre enero y agosto.

El director de vinculación de la UPAEP, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, repasó que el crecimiento económico y programas sociales fueron insuficientes frente a la pobreza, que registra niveles del 53 al 43 por ciento, por lo que las empresas sociales pueden ser factor para empoderar a grupos en vulnerabilidad.

Abundó que a través de la Fundación del Empresariado Mexicano se le planteó un enfoque a la economía social, así como inducción financiera.

Martín Van Den Borre, expuso el caso de Cities en Quebec, Canadá, como un centro internacional de transferencia de innovaciones de economía social, donde el sector crea 250 mil empleos y 14 por ciento del PIB.

Detalló proyectos piloto en Barcelona y Sabadell para estimular la economía colaborativa, pero con mayor impacto social, control social y asegurar que la riqueza generada se distribuya entre las comunidades.

Asimismo citó las políticas de compras públicas en Francia donde para el 2020 habrá al menos una clausula social y ambiental en los mercados, con figuras que van del comercio justo a la sustentabilidad.

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