El pulso de la industria / Coronavirus: no solo, sino que también…

Por: Thomas Karig 

Ya no es novedoso afirmar que el empresario tiene que vivir con la incertidumbre, que el cambio es la constante en los negocios, y que la agilidad para responder a la dinámica del entorno es un distingo competitivo.

Los vaivenes políticos de los últimos años, desde las guerras comerciales de Donald Trump, la irracionalidad del Brexit y los cambios de rumbo de la 4ª Transformación, no le han hecho más fácil la vida a las empresas. Aun así, las economías se han mantenido razonablemente estables. Por el otro lado, crece la conciencia que el cambio climático impactará de forma contundente la vida de las personas y el entorno de negocio de las empresas, y con ello aumenta la presión a los gobiernos y las empresas de tomar acción.

Y como si algo nos faltaba, ahora nos brincó el Coronavirus. En la encuesta de riesgos que hace anualmente el Foro Económico mundial, el riesgo de una pandemia ya no figuraba en la lista de los 10 riesgos más probables. Y no es que nunca haya sucedido. El tema de la influenza lo tenemos bien presente en México, y ha habido otros eventos como el SARS, el Ébola, el Zika y hasta el sarampíón.

El Coronavirus va a poner a prueba a los gobiernos de los países afectados, y la efectividad de su respuesta podría influir el resultado de elecciones o incluso poner en cuestión los sistemas políticos. Las posibilidades que tiene el gobierno de China para imponer medidas drásticas no las tienen todos. O si las tuvieran, no las saben usar, como es el caso de Iran. Los desatinados comentarios de Donald Trump ante la situación no nos sorprenden, pero podrían costarle puntos importantes para su reelección. Vale la pena seguir de cerca la reacción de otros gobiernos conforme se extiendan los casos. Los ciudadanos no van a perdonar la ineficacia en temas que ponen en riesgo la vida.

Otra cosa que llama la atención en China es la capacidad de sus empresas, y del gobierno, de utilizar las plataformas digitales para mitigar los impactos de la epidemia. Tienen mapas que marcan la incidencia de casos en tiempo real, hasta el punto de que un viajero en tren puede verificar, una vez terminado su viaje, si en el mismo tren viajaron personas que posteriormente desarrollaron síntomas. Las enciclopedias proporcionan información y consejos médicos avalados, para la consulta del público. Y los procesos administrativos de las empresas continúan funcionando en forma remota con el apoyo de plataformas para el trabajo colaborativo. Lo más llamativo es la escuela virtual para los niños y jóvenes, quienes desde su casa siguen estudiando y no perderán un día de su ciclo escolar.

Todas estas herramientas los chinos no las acaban de inventar, ya las tenían preparadas. Y van a ayudar para evitar que el impacto sea demasiado grande, para poderlo recuperar rápidamente, incluyendo por supuesto los esfuerzos para desarrollar los más pronto posible nuevos medicamentos y vacunas.

La lección de China es que si se puede estar preparado para contrarrestar los impactos de eventos cuya incidencia es impredecible. Por eso, llevar a cabo una Gestión de Riesgos sistemática en las empresas es indispensable. Identificar y evaluar los riesgos, tanto internos como externos, que eventualmente pueden poner en peligro los resultados, y saber cómo mitigarlos, es una buena práctica que cualquier empresa debe llevar a cabo. 

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