Entre 2015 y 2022 Puebla se encuentra dentro de un conjunto de ocho entidades que reportaron mayores mejoras en su Índice de Progreso Social (IPS) que elabora "México ¿Cómo Vamos?, con un repunte superior a la media nacional.

El IPS, que se elabora por quinto año consecutivo, es una herramienta con 56 variables diversas que mide la calidad de vida en las entidades del país, que además complementa el PIB per cápita al considerar factores sociales y ambientales, donde Puebla se situó en el sitio 22 entre las 32 entidades del país.

El índice proporciona una perspectiva más integral, al considerar aspectos como la disponibilidad de servicios de salud y educación en los 32 estados, sin centrarse en el gasto estatal o federal en estos servicios.

El Índice de Progreso Social (IPS) es una medición holística del desempeño social de un país que es independiente de factores económicos. El Índice está basado en un rango de indicadores sociales y ambientales que capturan tres dimensiones del progreso social: Necesidades Humanas Básicas, Fundamentos del Bienestar y Oportunidades, y toma valores entre 0 y 100, donde 0 es el menor progreso social posible y 100 el máximo progreso social posible.

Para la Organización de la Sociedad Civil “México ¿cómo vamos?”, México tiene 65.64 puntos de IPS, Ciudad de México 78.87 puntos, Nuevo León 71.1 puntos, Yucatán 69.11, Jalisco 69.02, Baja California Sur 68.53, Estado de México 67.53, Tlaxcala 65.7 y Puebla 63.66 puntos.

Chiapas reporta 56.05 puntos, Oaxaca y Guerrero 51.93 y 50.86 puntos, respectivamente.

Las cinco entidades con mejor desempeño en 2022 son Ciudad de México, Aguascalientes, Nuevo León, Jalisco y Baja California Sur. Por otra parte, los cinco estados con peor desempeño son Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Tabasco.

El país cuenta con la oportunidad de tener un mayor crecimiento económico por la atracción de inversión asociada a la relocalización de cadenas productivas hacia nuestro país por su posición geográfica, tratados de libre comercio, en especial el T-MEC, y la integración comercial con Norteamérica con una historia de más de 40 años.

No obstante, advierte que el progreso social estatal es una condición previa para la atracción de inversión extranjera directa y de nearshoring. Esto se debe a que los estados con un alto progreso social cuentan con la infraestructura necesaria para participar en el comercio exterior y cuentan con capital humano calificado para integrarse a las nuevas industrias.

En ese contexto refiere que se genera un círculo virtuoso: más inversión genera empleos de calidad y crecimiento económico que puede traducirse en mayor progreso social.

Para aprovechar el impulso del nearshoring al progreso social se requieren políticas diferenciadas por estados.

Advierte que el crecimiento es condición necesaria para el bienestar, la resiliencia es mayor en contextos de mayor progreso social, el nearshoring llega preponderantemente a donde existe una alta calidad de vida, y la apertura comercial conlleva oportunidades para una mayor prosperidad.