El Pulso de la Industria / La Guerra del Acero

Ing Thomas Karig

En días pasados, el Señor Trump nos sorprendió nuevamente, esta vez con los impuestos de importación que le carga al acero y al aluminio, argumentando razones de seguridad nacional.

Como siempre, provocó una serie de críticas y extrañamientos. Pero si nos pusiéramos a analizar un poco los datos, veremos algunos aspectos interesantes. Por supuesto, está claro también en este caso que Trump está respondiendo a las expectativas de sus votantes y su lema de “América primero”.

Que lo haga con el acero y el aluminio, se debe sencillamente a que solo en esos rubros tiene una cierta, aunque cuestionable, credibilidad su argumento de seguridad nacional. La lógica es que los barcos y tanques de guerra se fabrican con acero, y los aviones con aluminio, y que esos recursos se deben mantener en el país. Que esto sea un tema vigente en el siglo 21, es lamentable, pero el Señor Putin, y otros, están en la misma onda.

Las cifras por si solas no parecen señalar una emergencia. Los EUA fabricaron 82 millones de toneladas de acero en 2017, importaron 35 millones y exportaron 8. Esto le generó al país un déficit comercial de alrededor de 20 mil millones de Dólares, insignificante en comparación con el comercio total del país.

Los principales exportadores a EUA fueron Canadá, Brasil, Corea del Sur y México. China, que produce el 50% del acero del mundo, ni siquiera figura entre los 10 mayores exportadores a los EUA. Entonces, el tema del acero no es con China.

En el sector de aluminio el déficit es de aproximada mente 10 mil millones de Dólares, y también en este sector el principal exportador es Canadá, y el segundo es Rusia. Aquí China aparece en el lugar número 4, pero tampoco es el principal culpable del déficit.

En conclusión, lo que estamos viendo es otro anuncio mediático que para la economía de los EUA no va a tener mayor consecuencia, más que posiblemente encarecer la producción de automóviles y aviones en los mismos Estados Unidos.

Que Canadá y México hayan exentado la medida, también es lógico: un 90% de las exportaciones de acero de los EUA van a sus socios norteamericanos, con una balanza equilibrada. Que en este momento se maneje como una ficha en la negociación del TLCAN, es simple conveniencia política.

En conclusión, los destinatarios del anuncio son principalmente los votantes estadounidenses, ninguno de los socios comerciales se puede llamar especialmente afectado. Yo espero que China o la Unión Europea no caigan en este juego, anunciando a su vez contramedidas que solo se van a convertir en agua sobre el molino del Señor Trump, de prácticas comerciales que en su opinión no son “justas”.

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