El gobierno federal compró la marca Mexicana de Aviación y otros activos por 815 millones de pesos, bajo la idea de crear una aerolínea manejada por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en retiro, siendo la segunda ocasión que queda en manos del estado.
En una reunión en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) con la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), el Sindicato Nacional de Trabajadores de Transporte, Transformación, Aviación, Servicios y Similares (Snttass) y la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana (Ajteam).
La marca Mexicana de Aviación, que incluye otras submarcas; un edificio en Guadalajara; un piso en la calle de Balderas en la Ciudad de México; el centro de adiestramiento que está frente al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; y un simulador de vuelo.
Con ello, el próximo lunes, los sindicatos acudirán a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje a retirar las demandas interpuestas relativas a la falta de liquidación de los trabajadores de la extinta aerolínea, confirmó el vocero de la ASPA.
Creada en 1921, Mexicana o Compañía Mexicana de Aviación (CMA), enfrentó conflictos en 2010 debido a problemas financieros que derivaron en su declaratoria de quiebra, lo que provocó que alrededor de 8 mil 500 trabajadores se vieran afectados.
Fueron dos estadounidenses quienes fundaron la Compañía Mexicana de Transportación Aérea (CMTA), que operaba entre Ciudad de México, Tampico y Tuxpan.
Luego se transformó en 1924 en la Compañía Mexicana de Aviación, que permitió establecer en el país el servicio de correo aéreo, cuyas operaciones iniciaron en 1928.
De sus rutas al extranjero destacaban cinco ciudades de Canadá, catorce de Estados Unidos, las capitales de Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala y Panamá, así como dos destinos en Europa, Lóndres (Inglaterra) y Madrid (España).
Tras la quiebra, en 2016 se dio el remate de bienes de la empresa que en los años 80 había sido estatizada por el gobierno mexicano y en los 90 reprivatizada, en tanto que, derivado de la crisis económica en octubre de 2009 acudió a un préstamo de mil millones de dólares y en 2010 suspendió operaciones.