El Pulso de la Industria / El fenómeno llamado SUV

Ing Thomas Karig

El fenómeno llamado SUV

Ya habiendo sobrevivido el mundial de futbol, y con una calma chicha en la política mexicana, ahora si vamos a tomarle el pulso a la industria automotriz en México.

La producción total de la industria al cierre del primer semestre fue de casi 2 millones de vehículos, para efectos prácticos igualando lo que se había alcanzado el año pasado para la misma fecha. Dentro del escenario de incertidumbre que se está viviendo podríamos decir que esto es un buen resultado, pero vale la pena desmenuzar las cifras.

Lo primero que llama la atención que dentro de este total tres de las grandes armadoras están abajo en su nivel de producción con porcentajes cercanos a menos 20 por ciento. Estas son Ford, Nissan y Volkswagen. Cada una de ellas tiene su propia situación coyuntural, por ejemplo de cambio a un nuevo modelo, como es el caso del nuevo Jetta en Puebla.

Pero otro factor relevante que está impactando en las estrategias de las empresas es un cambio acelerado en las preferencias del cliente en los Estados Unidos.

En ese mercado, el segmento de las mal llamadas camionetas, que incluye los (también mal llamados) vehículos utilitarios deportivos, o SUV, ya genera un 67% de la demanda de autos nuevos. Este segmento ha crecido un 10% en lo que va del año, mientras que los automóviles tradicionales perdieron un 11.5% de penetración.

¿Por qué es importante este dato? Porque el tipo de vehículos que están generando este cambio no son otra cosa que autos que tienen un poco más de espacio interior, y más altura basado en llantas más grandes. Técnicamente son automóviles con carrocerías integrales que comparten muchos componentes, incluso los motores, con los sedanes de las mismas marcas.

Lo utilitario consiste en más espacio para las compras, y para los amiguitos de los hijos, y de deportivo no tienen ya nada de lo que originalmente los calificaba como “todo terreno”. Pero eso sí: el cliente está dispuesto a pagar más por una SUV que por un auto convencional, lo cual se convierte en un factor económico decisivo para las empresas automotrices.

¿Cuál ha sido el impacto de esta tendencia en las fábricas mexicanas? En Puebla, la producción de Q5 y Tiguan han sido la carta fuerte de las fábricas del Grupo Volkswagen.

Ford está ante una reconversión total de sus dos plantas en México: dejará de producir (y de vender) tanto el Fusion de Hermosillo como el Fiesta de Cuautitlán y los sustituirá por SUVs.

FiatChrysler arrancó la producción de Jeep Compass en Toluca, viendo que las ventas del Fiat 500 de la misma planta se están cayendo. GM ya produce SUVs en todas sus plantas mexicanas.

Y también las asiáticas Nissan, Toyota, Honda y Mazda están batallando con la reducción de la demanda, en los EUA, de sus autos convencionales producidos en México.

El hecho es que mientras las fabricas reaccionan a estos cambios del mercado, se están generando desbalances en la ocupación de las capacidades.

Y por supuesto, los corporativos ante cada cambio analizan nuevamente la conveniencia de seguir invirtiendo en México, en vista de las incertidumbres que hoy prevalecen.

Una razón más para seguir trabajando en la competitividad de México, por ejemplo en temas como la seguridad, la paz laboral, la capacitación y la mejora de la infraestructura.

Escúchame cada segundo lunes de mes en Radio Imagen Puebla, FM 105.1, a las 8:40 PM. Más información sobre estos y otros temas en mi sitio web www.tkonsult.com.mx.

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